Enfermedades benignas esófago-gástricas

Divertículos esofágicos

Son poco frecuentes, y se producen  por la debilidad y rotura de la capa muscular del esófago, lo que permite la propulsión de su capa interna a través de la zona rota. Pueden producirse en el margen del esfínter esofágico superior (Zenker), en el cuerpo esofágico, o en el tercio distal del esófago. Los divertículos de cuerpo esofágico rara vez requieren tratamiento. Los de esfínter esofágico superior precisan tratamiento quirúrgico cuando se hacen sintomáticos, bien por vía transoral o transcervical. Los de tercio esofágico inferior suele repararse por vía laparoscópica, a menudo de forma concomitante con cirugía antireflujo.

Acalasia

Consiste en en la contracción excesiva y falta de relajación del anillo muscular que existe en el tercio inferior del esófago, antes de su entrada en el estómago, lo que origina seria dificultad para pasar el alimento. Puede tratarse de forma no quirúrgica o mediante operación quirúrgica. La primera opción puede llevarse a cabo  inutilizando el músculo contraído bien mediante dilataciones o bien por inyección de Botox, ambas por vía endoscópica; los resultados habitualmente son temporales, y obligan a repetir el tratamiento. Cuando ya no se produce respuesta o se considera que existe riesgo de daño esofágico, se debe proceder ineludiblemente  a la sección quirúrgica del músculo afectado, que es siempre más costosa y con mayores problemas cuando se han efectuado distintos tratamientos antes de la cirugía. La intervención habitualmente desarrolla por abordaje laparoscópico, con pocas complicaciones en los casos no tratados, una corta estancia y recuperación más rápida.

Hernias de hiato y reflujo gastro-esofágico

La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es un problema extraordinariamente frecuente en España, con tasas de incidencia de aproximadamente 15-20 casos por mil habitantes. Se produce como consecuencia de la alteración del  funcionamiento del esfínter (válvula) que existe a la entrada del estómago, que previene el escape del ácido hacia el esófago, no preparado para el contacto con ese material; este mal funcionamiento se asocia, en la mayoría de los casos, a la existencia de una hernia de hiato (un tipo especial de hernia diafragmática). Su sintomatología es bien conocida (ardor que sube hacia la boca y regurgitaciones de la comida hasta la boca a media digestión son los síntomas más frecuentes), existiendo desde hace mucho tiempo remedios eficaces para el control de esos síntomas (bicarbonato, antiácidos). Cuando la sintomatología es intensa o duradera, se requiere evaluación (habitualmente mediante endoscopia) y está indicado el tratamiento médico, para el que se dispone de fármacos efectivos, de los que el más conocido es el omeprazol. En los casos en que no se consigue respuesta adecuada al tratamiento, o en que se producen múltiples recidivas, o cuando el tratamiento no puede ser interrumpido, así como en los casos con son complicaciones, puede estar indicado el tratamiento quirúrgico. La cirugía antireflujo ofrece distintas opciones que permiten adecuación de la operación a cada paciente concreto, se efectúa habitualmente por vía laparoscópica (mínima invasión, escasas molestias y rápida recuperación) y es muy eficaz, es segura (alta eficacia y escasa tasa de complicaciones).

Hernias diafragmáticas

La gran mayoría (955)   son  hernias de hiato; el resto, constituyen un problema poco habitual. Pueden ser congénitas o adquiridas tras algún tipo de traumatismo. Su tratamiento es quirúrgico, y está indicado en todos losa casos sintomáticos, así como en aquellos tipos con más probabilidades de compromiso de las vísceras herniadas ; habitualmente se pueden operar mediante acceso laparoscópico, con todas las ventajas que aporta este abordaje.

Úlcera gástrica y duodenal

De frecuencia muy elevada hace años, son mucho menos habituales en la actualidad. SU tratamiento habitual es médico; la cirugía se reserva para las complicaciones (sangrado, perforación, estenosis), así como para la persistencia o recidiva tras tratamiento médico en el caso de las úlceras gástricas.

Tumores benignos esofágicos y gástricos

Los tumores benignos esofágicos más frecuentes son los de origen muscular (leiomiomas) y los de estirpe grasa (lipomas); su crecimiento es lento y su curso clínico indolente, permaneciendo asintomáticos durante gran parte de su evolución; cuando producen síntomas, el más característico es la dificultad al paso de los alimentos. En ese caso, deben ser intervenidos, y el procedimiento más habitual es su extirpación por vía laparoscópica (o toracoscópica para los situados en las porciones más altas del esófago).

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